Violines y piano, atmósfera
relajada y reflexiva son los elementos más destacados de Calma, el más reciente
trabajo discográfico del afamado cantautor cristiano Ricardo Rodríguez, quien
imprime sutilmente con notas musicales, historias familiares y afectivas unidas
a la alabanza y adoración, combinación que resulta muy atractiva, variada y
novedosa.
Esta majestuosa pieza
musical, la cual fue producida por el reconocido Isaac Hernández, está
compuesta por 11 temas que resaltan en todo momento la inconfundible voz de
Ricardo Rodríguez, cuya amplia tesitura lleva las notas musicales de resonantes
graves a incisivos agudos sin esfuerzo aparente y con la calidad vocal superior
que lo caracteriza.
Todo esto nos indica que se
trata de un álbum atípico respecto de propuestas anteriores de Ricardo
Rodríguez, centradas principalmente en la alabanza explícita. Pero también en
lo musical encontramos una diversificación de estilo más allá de la Balada y el
Bolero de antaño, incluyendo influencias afroamericanas Gospel, Soul, Jazz y
Blues acompañando las líricas hecha poesía… siempre sólida y bien estructurada.
Lo interesante es que sólo
con un par de veces de escuchar el disco se nota la coherencia de estilos
musicales, letras e interpretación entretejidas en la selección de canciones,
partiendo con la pista del título, “Calma”, tema que invita a sobreponerse a las
tormentas de la vida; luego con “Mi Historia Empieza Aquí” que aumenta un poco
la intensidad para marcar el quiebre con el pasado; y llegando a la celebración
de la esperanza con “Él Puede”.
Una vez establecida
firmemente la base bíblica con letras explícitamente centradas en Dios,
“Palabras” se toma la licencia de dejar el sujeto en segunda persona y mantener
al auditor con la incógnita de a quién está dirigida; pero mejor aún, deja la
canción disponible para expresar nuestros sentimientos y dedicarla a quien
deseemos, incluido Dios.
Similar enfoque al comienzo,
pero con tintes de Blues y Soul, encontramos en “Nada”, concluyendo que es sólo
el Señor lo único necesario para la vida. Y por supuesto eso trae “Gozo”, que
podemos celebrar en un flashback a la Onda Disco de los '80s.
Pasando drásticamente a modo
“easy listening” (música ligera), “Háblame” aprovecha la atmósfera establecida
por sutiles notas de órgano, piano y cuerdas, para clamar melancólicamente por
tan sólo una palabra que rompa el silencio y sane el corazón… de nuevo sin
especificar el sujeto para hacer transversal su aplicación. De aquí llegamos a
“Feliz Cumpleaños”, un tema muy obvio con una influencia de balada Country muy
marcada y acertada.
La siguiente escena musical
nos lleva a “Me Haces Falta”, una nueva versión de “When I Need You”, canción
marcada por matices románticas popularizada por Leo Sayer y más recientemente
versionada por Celine Dion.
Hacia el final volvemos a la
orientación vertical de la letra con la apasionada interpretación de “Ahora”,
haciendo gala de guitarras eléctricas sobre una rockera base de batería y bajo,
para declarar la entrega definitiva al poder del Espíritu Santo de Dios.
Finalizando esta magna obra
artística llegamos a un tema que Ricardo Rodríguez le compuso a sus hijas, “No
Te Olvides de Mi”, una hermosa interpretación musical donde el piano y los
violines adoptan el papel protagónico de acompañar una de las mejores voces
cristianas contemporáneas de todos los tiempos. “No Te Olvides de Mi” narra la
realidad de que en algún momento aquellas joyas que Dios nos dio, se alejarán
de nuestras vidas para hacer las suyas.
No hay manera de aburrirse
con el álbum Calma de Ricardo Rodríguez; cada canción atrae y atrapa con
arreglos impecables, orquestación sobresaliente, fina calidad de mezcla, y la
consabida entrega vocal que resulta la pieza central de una verdadera obra de
arte moderno de brillo excepcional.
F: Enlace Musical
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