Los esfuerzos de Rusia de desinformación en Internet se extienden más allá de la interferencia electoral. Los funcionarios del Departamento de Estado que hablan con el Wall Street Journal dicen que Rusia está llevando a cabo una campaña de desinformación utilizando al menos cuatro publicaciones en línea y una gran cantidad de cuentas de redes sociales para sacudir la confianza en las vacunas COVID-19 que compiten con el Sputnik-V.
Los medios New Eastern Outlook, News Front, Oriental Review y Rebel
Inside arrojaron dudas infundadas sobre vacunas como la de Pfizer, y llamaron
falsamente a la entrega de ARNm una "tecnología experimental radical"
que era peligrosa y menos efectiva.
Los cuatro sitios están "directamente" vinculados a agencias
rusas como el servicio de seguridad FSB y la inteligencia extranjera SVR, según
un funcionario estadounidense.
Las cuentas sociales vinculadas a esas publicaciones se han retirado en
su mayoría, aunque algunas de sus cuentas que no están en inglés estaban
activas tan recientemente como a principios de 2021.
El Departamento de Estado reconoció las conclusiones en una declaración
al WSJ, pero no proporcionó evidencia directa que vincule los sitios con el
gobierno ruso.
Este fue un hallazgo "conjunto interinstitucional" de que
Rusia tenía la "responsabilidad directa" de difundir falsedades, dijo
el representante.
Rusia negó las acusaciones en su propia respuesta, pero también tiene un
largo historial de negar la desinformación y las campañas de piratería a pesar
de la fuerte evidencia.
Los líderes rusos tienen un fuerte incentivo para atacar las vacunas
rivales. El país claramente espera impulsar las ventas de Sputnik-V, pero
también se cree que está utilizando la vacuna para ejercer influencia en todo
el mundo.
Un país dispuesto a comprar estas inyecciones podría ser receptivo a
otras ofertas rusas, por ejemplo.
No hay mucho que Estados Unidos pueda hacer para cerrar los sitios ellos
mismos cuando son de propiedad y operación extranjera.
No obstante, los hallazgos podrían aumentar fácilmente la presión sobre
el gobierno de EE.UU. Y las redes sociales para que repriman la información
errónea sobre vacunas. Al igual que las teorías de conspiración que rodean al
COVID-19, las afirmaciones de vacunas falsas podrían ser realmente peligrosas,
lo que llevaría a las personas a saltarse las vacunas que salvan vidas o
incluso a atacar a las agencias que distribuyen y promueven las vacunas.
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